La doctora en medicina Jeanine Downie B., experta en dermatología del portal YouBeauty y directora de su propia clínica dermatológica en Nueva Jersey (EEUU), señala que el acné se presenta en muchas formas y tamaños. Hay puntos negros, puntos blancos, suaves protuberancias rojas y grandes nódulos rojos, esto representa en cierto grado un llamado de atención a las personas, ya que “sacarse las espinillas” podría traer problemas en la piel en un futuro.
Cuando exprimes esa protuberancia, rasgas la piel y a medida que presionas, ingresa la suciedad y las bacterias presentes en los dedos a la cara, la cual queda roja y propensa a infectarse, además de aumentar las probabilidades de que queden marcas permanentes.
¿Qué sucede entonces con aquellas espinillas que nos hemos reventado a lo bruto? “En el mejor de los casos, la herida formará una costra que cicatrizará sin dejar marcas”, explica Joshua Zeichner dermatólogo estadounidense. “Si te quitas la costra, estarás causando más irritación en la zona y aumentando las posibilidades de que te deje cicatriz, por lo que lo mejor es siempre mantener las manos lejos de la cara mientras se cura”.
El acné no nos afecta a todos por igual. Sus causas van desde la genética hasta los cambios hormonales, especialmente de andrógenos como la testosterona (por eso los granos suelen aparecer en la pubertad). Situaciones como el estrés pueden incrementar la producción de hormonas, lo que explica por qué a veces el acné llama a la puerta en el momento menos oportuno. Algunas personas también relacionan el consumo de grasas con la aparición del acné, pero los científicos todavía no han podido establecer una conexialón entre ambas cosas. Sin importar el motivo, se recalca que reventar los granos es una mala idea!
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