Según informó la Policía este lunes, la investigación comenzó el pasado 12 de julio con una llamada al servicio nacional de atención de víctimas de trata y concluyó con la detención de dos hombres y una mujer.
A los detenidos se les imputan los delitos de trata de personas, determinación coactiva a la prostitución y organización criminal; uno de ellos está acusado también de otro contra los derechos de los extranjeros.
Tras el aviso de que dos mujeres estaban siendo explotadas, la Policía contactó con las víctimas e hizo un seguimiento de su situación ante el riesgo de que pudieran ser maltratadas o expulsadas del lugar que les servía de domicilio, y les proporcionó asesoramiento.
Finalmente, las dos mujeres denunciaron a los tres presuntos explotadores y pidieron acogerse a la condición de testigo protegido.
Según declararon, una compatriota las captó en Colombia con una promesa falsa de contrato de trabajo y volaron a la ciudad española de Barcelona (noreste) con el viaje financiado por un prestamista de su país.
Sin embargo, una vez en España, se vieron obligadas a prostituirse y estar disponibles 24 horas al día para prácticas sexuales sin protección y sin condiciones de higiene. Solo podían salir dos horas al día para comprar y también estaban obligadas a consumir cocaína y entregar la mitad de los ingresos a la banda.
En una ocasión, la captadora y posteriormente controladora (llamada ‘Mami’) agredió a una de las víctimas y amenazó a todas con echarlas del domicilio si no obedecían.
Uno de los hombres también vigilaba a las víctimas; el tercero era el cabecilla del grupo, responsable de las dos viviendas y de las cuentas bancarias.
Los agentes intervinieron en las dos viviendas seis teléfonos móviles, un ordenador, el pasaporte de una de las mujeres explotadas, documentación y 2.130 euros en metálico.
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